EN RESUMEN
Tamara Evans trabajaba para la agencia que supervisa la acreditación de los agentes de policía de California. Demandó a su antiguo empleador, alegando que se enfrentaba a represalias por compartir sus inquietudes sobre uno de sus contratos.
Read this story in English
Tamara Evans encontró algo sospechoso en los gastos presentados por un contratista de San Diego para la comisión de certificación policial del estado.
Las clases se notificaban a su empleador, la Comisión de Normas y Formación de Oficiales de Paz, como llenas, aunque no fuera así. Se facturaban las salas de reuniones, pero en realidad no se alquilaban. A veces, el número de personas que impartían un curso era menor que el número de instructores que figuraba en la factura.
En 2010, Evans comunicó sus preocupaciones sobre el contrato a los auditores de la Agencia de Gestión de Emergencias de California.
Luego, según alegó Evans en una demanda, sus jefes comenzaron a tratarla mal. Sus evaluaciones de desempeño, que antes eran excelentes, se volvieron negativas y le negaron la licencia médica familiar. En 2013, la despidieron, una decisión que, según ella, fue un despido injustificado en represalia por haber denunciado irregularidades (una acción conocida como Whistleblowing en inglés).
La semana pasada, un jurado de un tribunal federal le dio la razón y le otorgó más de 8.7 millones de dólares que deberá pagar el estado.
La demanda, presentada en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Este de California, alegó que Evans encontró irregularidades gubernamentales y enfrentó represalias por parte de su empleador, y que no la habrían despedido si no hubiera hablado.
Esto a pesar de una decisión de la Junta de Personal del Estado de 2014 que desestimó su reclamo de represalia como denunciante y determinó que la agencia de acreditaciones la había despedido apropiadamente.
El abogado de Evans en el juicio, Lawrance Bohm, dijo que la agencia de acreditación no ha solucionado los problemas que Evans identificó originalmente. El dinero del que Evans se quejaba era dinero de subvenciones federales, pero la mayoría de sus recursos son fondos estatales.
“La manera más fácil de ganar (la demanda) era centrarse en el dinero federal, pero la realidad es que, según la información que descubrimos a través de la investigación, (la comisión) está pagando fondos estatales de la misma manera que pagaba ilegalmente los fondos federales”, dijo Bohm. “¿Por qué deberíamos vigilar menos estrictamente los dólares de California que los dólares federales?”, añadió.
Bohm dijo que Evans intentó resolver el caso por 450.000 dólares.
“Todo lo que sé es que los sistemas no cambian fácilmente y este sistema en particular no muestra señales de cambio”, dijo Bohm, quien anticipa facturar $2 millones en honorarios de abogados además de la indemnización del jurado.
“Eso es un pago total de 10 millones de dólares por parte del estado cuando podrían haber pagado probablemente 400.000 (dólares) y haber quedado fuera”.
Katie Strickland, portavoz de la agencia de acreditación policial, dijo en un correo electrónico que la comisión “no tiene conocimiento de ninguna afirmación de ese tipo” relacionada con el mal uso de fondos estatales en capacitación, y calificó las acusaciones de Bohm de “infundadas y sin mérito”.
La postura de la comisión sobre este asunto es y siempre ha sido que no tomó represalias contra la Sra. Evans por participar en una conducta protegida, y que su despido en marzo de 2013 fue justificado y apropiado”, dijo Strickland. “Si bien (la comisión) respeta la decisión del jurado, está decepcionada con el veredicto del jurado en este asunto y está considerando todas las opciones adecuadas posteriores al juicio”.
Bohm dijo que las clases de capacitación equivalen a viajes de vacaciones pagados a lugares deseables como San Diego y Napa, donde los aprendices pueden llevar a sus cónyuges y pasar un fin de semana mientras pasan quizás una o dos horas en un aula.
“¿Por qué no hay muchas clases en Fresno?”, preguntó Bohm. “Creo que ya sabes la respuesta”.
- Este artículo fue publicado originalmente en inglés por CalMatters.